Aprender no es capacitar, sino cambiar la forma de pensar
Uno de los errores más comunes en las organizaciones es confundir formación con aprendizaje. La reducción del aprendizaje a una charla técnica o un curso puntual tiene sus ventajas: la formación puede ser útil. Sin embargo, el aprendizaje requiere algo más: contexto, motivación, práctica y reflexión. El aprendizaje no es un proceso pasivo y no se trata sólo de recibir herramientas; es fundamental saber el cómo, el por qué, el con qué criterio y el para qué necesitamos adquirir ese conocimiento
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